30 Principios de Vida
Verdades bíblicas que transforman la vida
Descubra las verdades bíblicas que guiaron la vida del Dr. Stanley.
La Palabra de Dios está llena de promesas y orientación para nuestra vida cotidiana. Los siguientes principios amplían aquellos que el Dr. Stanley aprendió de su abuelo cuando lo visitaba de joven. Basados en las Sagradas Escrituras, pero escritos en sus propias palabras, esperamos que estos principios fáciles de recordar le ayuden a aplicar la verdad de Dios a su vida como lo hicieron para el Dr. Stanley.
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Nuestra intimidad con Dios, que es su prioridad para nosotros, determina el impacto que causen nuestras vidas.
Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela… Está mi alma apegada a ti; tu diestra me ha sostenido.
—SALMO 63.1, 8
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Obedezcamos a Dios y dejemos las consecuencias en sus manos.
Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
—HECHOS 5.29
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La Palabra de Dios es ancla inconmovible en las tormentas.
La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre.
—Hebreos 6.19, 20
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Estar conscientes de la presencia de Dios nos da energías para desempeñar nuestro trabajo.
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
—Mateo 28.19, 20
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Dios no nos demanda que entendamos su voluntad, sino que la obedezcamos, aunque nos parezca poco razonable.
Respondiendo Simón, le dijo: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red”. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.
—Lucas 5.5, 6
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Cosechamos lo que sembramos, más de lo que sembramos, después de sembrarlo.
Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
—Gálatas 6.7, 8
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Los momentos sombríos durarán solo el tiempo necesario para que Dios lleve a cabo su propósito en nosotros.
Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
—Santiago 1.2-4
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Libremos nuestras batallas de rodillas y siempre obtendremos la victoria.
Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní... Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
—MATEO 26.36, 39
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Confiar en Dios quiere decir ver más allá de lo que podemos, hacia lo que Dios ve.
Jehová te entregará hoy en mi mano… Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.
—1 Samuel 17.46, 47
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Si es necesario, Dios moverá cielo y tierra para mostrarnos su voluntad.
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
—JEREMIAS 29.11
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Dios asume toda la responsabilidad en cuanto a nuestras necesidades, si lo obedecemos.
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
—FILIPENSES 4.19
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La paz con Dios es fruto de nuestra unidad con Él.
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí… La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
—Juan 14.1, 27
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Escuchar a Dios es esencial para andar con Él.
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos… Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.
—Santiago 1.22, 25
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Dios actúa a favor de quienes esperan en Él.
Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera.
—Isaías 64.4
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El quebrantamiento es el requisito de Dios para que seamos útiles al máximo.
Y me ha dicho: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
—2 Corintios 12.9
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Todo lo que adquirimos fuera de la voluntad de Dios termina convirtiéndose en cenizas.
No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo; porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no será cortada.
—Proverbios 23.17, 18
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De rodillas somos más altos y más fuertes.
“Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón”.
—Nehemías 1.11
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Como hijos del Dios soberano, jamás somos víctimas de nuestras circunstancias.
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.
—Romanos 8.28
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Todo aquello a lo que nos aferremos, lo perderemos.
Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
—Lucas 12:15
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Las decepciones son inevitables; el desánimo es por elección nuestra.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío.
—Salmo 42.5
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La obediencia siempre trae bendición consigo.
¿Quién subirá al monte de Jehová?... El limpio de manos y puro de corazón… Él recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación.
—Salmo 24.3-5
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Andar en el Espíritu es obedecer las indicaciones iniciales del Espíritu.
Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne… Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
—Gálatas 5.16, 25
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Jamás podremos superar a Dios en generosidad.
Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
—Lucas 6.38
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Vivir la vida cristiana es permitir al Señor Jesús vivir su vida en y por medio de nosotros.
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
—Gálatas 2.20
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Dios nos bendice para que nosotros podamos bendecir a otros
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos.
—1 Timoteo 6.17, 18
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La adversidad es un puente que nos conduce a una relación más profunda con Dios.
En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.
—1 Pedro 1.6, 7
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No hay nada como la oración para ahorrar tiempo.
Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros.
—2 Tesalonicenses 3:1
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Ningún creyente ha sido llamado a transitar solitario en su peregrinaje de fe.
Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
—Hebreos 10.24, 25
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Aprendemos más en nuestras experiencias por el valle de lágrimas que en las de la cumbre del éxito.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo… Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.
—Salmo 23.4, 6
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El deseo ferviente por el regreso del Señor nos mantiene viviendo productivamente.
“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”.
—Apocalipsis 22.12